#Inversiones — 27.10.2017

ÚLTIMA REUNIÓN DEL BANCO CENTRAL EUROPEO

De una política extremadamente acomodaticia a una política acomodaticia…

Contexto:

La economía de la Eurozona continúa creciendo a un buen ritmo, en todos los países y sectores. Sin embargo, la inflación sigue siendo débil hasta el momento, aunque el crecimiento debería empujar al alza los precios. El riesgo de deflación finalmente ha desaparecido. En este contexto, el Banco Central Europeo (BCE) ha decidido reducir sus estímulos, reajustando su programa de compra de activos, igual que hizo a finales del 2016, cuando redujo sus compras netas a 60 mil millones de euros al mes desde los 80 mil millones de euros.

La decisión:

Este anuncio era esperado ya que eran muchas las señales que se habían ido enviando al  mercado. Sin embargo, se podían dar diferentes escenarios, en función de la cantidad y de la duración del programa de compras.  

A este respecto, el BCE anunció un recorte en las compras mensuales netas a 30 mil millones de euros desde los 60 mil millones de euros previos y una extensión de nueve meses a partir de enero de 2018. Por otro lado, mantienen los tipos de interés invariables.

Esta decisión era la más esperada por el mercado. La política sigue siendo flexible, especialmente si tenemos en cuenta los vencimientos mensuales de aproximadamente 15 mil millones de euros, que se reinvertirán además de las compras netas de 30 mil millones de euros.

Mario Draghi ha sido muy cauteloso en su comunicación, con el objetivo de evitar un fuerte aumento en los rendimientos de los bonos (basándose en lo que pasó en EEUU en 2013). También ha tratado de evitar una apreciación del euro, lo que podría penalizar los beneficios de las grandes empresas y ser contraproducente ya que podría haber pesado sobre la inflación.

El reajuste del programa limitará la cuestión de la escasez, ya que algunos bancos centrales nacionales han tenido dificultades a la hora de encontrar suficientes bonos para comprar en el mercado.

Pensamos que, a pesar de que no hubo sorpresas, el tono siguió siendo moderado. Suponemos que la flexibilización monetaria no terminará antes de finales de 2018. La tasa de refinanciación no se debería incrementarse hasta finales del 2019.